El orégano es una planta muy aromática y una hoja indispensable en la cocina mediterránea. El orégano combina bien con tomate, ajo, albahaca, aceite de oliva y queso, ya además, puede ser utilizado fresco, aunque el aroma penetrante de sus hojas se intensifica con la sequedad.
Como otras hierbas aromáticas, el orégano pierde su sabor si se cocina, por lo que debe añadirse a los platos siempre al final de la preparación.
Los expertos señalan varios beneficios del orégano para el organismo. Es un estimulante para el estómago, especialmente en casos de pérdida de apetito, dificultad de digestión o gases. Además, es ideal para los calambres. Expectorante, ayuda especialmente en los casos de bronquitis o asma. Sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias son también muy importantes.
El orégano tiene propiedades antimicrobianas, antifúngicas y antioxidantes, ayudando en la prevención del envejecimiento prematuro, Si quieres aprovechar estos beneficios, no hay nada específico que debas hacer, sólo incluirlo en tu dieta. Es bueno ingerir el orégano a lo largo de la vida, con frecuencia y asociándola con otras verduras que contengan antioxidantes.
El orégano puede ser coadyuvante en el tratamiento de la Disbiosis intestinal y candidiasis, además de estimular el sistema inmunológico. En la antigüedad, se hacía uso del té de orégano para tratar la tos, dolor de cabeza, irritación nerviosa y para terminar con el mareo en el mar .
Té de orégano
El té de orégano ayuda en los tratamientos contra el insomnio, estrés, cansancio nervioso, fiebre reumática y dolores. Si se utiliza de una manera externa, sobre la piel, también ayuda a combatir la celulitis.
También contiene un agente estrogénico, que significa que reduce los dolores menstruales y reduce todos los síntomas del síndrome premenstrual.
En el cuerpo el orégano funciona como un diurético, reduce la retención de líquidos, y lucha contra los radicales libres, es decir, evita el envejecimiento prematuro de la piel y todos los órganos del cuerpo.
